Entre el listado de accesorios para el violín que todos tenemos hay siempre algunos fijos y comunes para nuestra comodidad y buen desempeño: almohadillas, afinadores, atriles, etc. De estos todos tenemos uno o varios, pero también hay algunos extraños adminículos que buscan su público entre las personas que no terminan de adaptarse bien a su instrumento.
Y es que el estudio de violín es una carrera llena de un gran número pequeños obstáculos e incomodidades que a menudo terminan minando la mente y el cuerpo de los que lo emprenden. Porque no parece un instrumento concebido para ajustarse a la anatomía del intérprete, ni para facilitarle la tarea, sino pensado solo para complacer al oído (y a la vista dicho sea de paso).
En sus inicios no había una sola manera ortodoxa de sujetarlo: lo mismo se apoyaba en el pecho que en el propio brazo izquierdo o incluso contra el cuello. Cada maestro tenía sus gustos, que nacían de la época y de una compromiso entre sus características físicas, las enseñanzas de otros maestros e intérpretes y el tipo de música que tocaban.
Intérprete de violín, Gerrit (Gérard) Dou, 1653.
Además, carecía de las sucesivas prótesis que le hemos ido añadiendo para aliviar su difícil encaje. Pero poco a poco, mediante cientos de ensayos y errores, parece que hay una postura «oficial» de la que partir y sobre la que cada uno realiza sus pequeñas adaptaciones en función de características personales y preferencias.
Aún así, sigue habiendo problemas habituales: estudiantes no terminan de afinar ni de tener una relación natural con el instrumentos; profesionales que sufren una constante incomodidad, padecen dolores y molestias físicas, tensión, contracturas, hematomas, cervicalgias… Y aunque en muchos casos esos problemas no son culpa del instrumento en sí, sino de la técnica y la disposición física y anímica del intérprete, se siguen buscando soluciones que, milagrosamente, lleven la paz de espíritu a los atribulados violinistas.
Algunos de estos accesorios persiguen ese objetivo. En un principio estuve tentado de comprarlos todos para daros mis impresiones personales pero, tras algunas dudas y cálculos de gastos, he decidido prescindir de ello y simplemente contaros lo que son, y tal vez a vosotros os tienten, como tientan los productos de la tele-tienda a las dos de la madrugada.
La barbada extra-alta
Barbada extra-alta central de Fiddlershop.com
Seamos claros, los cuellilargos siempre hemos tenido problemas para encontrar la postura sin acabar con el cuello dolorido. Y encima aguantando a esos listillos que, señalando a Heifetz o a la Mutter, dan la tabarra con que es mejor tocar sin almohadilla. Afortunadamente ya casi nadie es estricto con ese tema: cada persona es distinta y debe encontrar su equilibrio sin imitar a otros. Así que, después de haber visto a la increíble María Dueñas con una almohadilla superalta, (por cierto ¿sabéis qué modelo es ese?) me desprendo de cualquier resto de prejuicio o complejo.
La altísima almohadilla de María Dueñas, Foto: Mariadeamo
Pero la alternativa a la almohadilla alta es la barbada alta. ¿Qué diferencia hay? Pues a nivel práctico no lo sé porque no lo he probado, pero lógicamente con ella el violín se mantendrá más bajo e incluso podríamos no llegar a necesitar la almohadilla y convertirnos en uno de esos snobs que miran con superioridad. Parece que hay barbadas de hasta 5 centímetros de altura. ¿Será esto recomendable? Ni idea, pero si andáis desasosegados con vuestra postura quizá deberíais probarla (como recomiendo también probar muchos modelos de almohadillas hasta encontrar la adecuada).
Aquí os dejo un vídeo de una de esas barbadas.
Los modelos que aparecen aquí son de Fiddlershop: https://fiddlershop.com/products/extra-tall-chinrest-guarneri-model
Trastes para violín
Esto ya es un poco más delirante, aunque que levante la mano quien no haya pensado en esta idea alguna vez. Efectivamente, existen opciones para tener un violín con sus trastes definiendo las notas, como una guitarra. La mayoría pensamos que esto es una aberración y una afrenta, pero no estoy yo aquí para juicios morales, sino para contar lo que hay.
Tenemos tres posibilidades:
- Encargar un violín de este tipo a un luthier especialista
- Comprar un diapasón nuevo con los trastes hechos y encargar a un luthier que lo cambie en tu instrumento.
- Comprar unos trastes adhesivos y pegarlos tú mismo.
Veo varias objeciones a esta práctica. La mayor de ellas es que la afinación en el violín es distinta a la de los instrumentos temperados, y perderíamos muchas de las sutilezas que la libre afinación del violín permite. Además, al menos en el caso de los trastes adhesivos, es dudoso que queden perfectamente afinados en todos los violines, porque hay pequeñas variaciones que pueden incidir en ella. Lo segundo es, que si te acostumbras a esta forma de tocar, te costará bastante más tocar cualquier otro violín normal.
En cualquier caso, los audaces, los mandolinistas y los que tienen muchísima prisa en sonar decentemente pueden verse atraídos por este adminículo. Hay que decir que los trastes adhesivos no tienen tanto margen como la guitarra para poner el dedo: conviene ponerlo justo en contacto detrás del traste, sintiéndolo bajo la yema, porque si lo alejamos de ahí la afinación se pierde.
Aquí os dejo un par de vídeos con el accesorio en acción.
Podéis encontrar instrumentos y piezas de violín con trastes aquí: http://www.frettedviolins.com/
Podéis encontrar láminas de trastes adhesivos aquí: https://www.frettedfiddle.com/
Cejilla para violín
Cejilla para violín de venta en Amazon (actualmente agotada)
Recuerdo con horror algunos ensayos con mi antiguo grupo de bluegrass en los que de repente el cantante y guitarrista decía que le resultaba más cómodo cantar medio tono más alto, cogía la cejilla, la subía un traste, y cambiaba un Do Mayor por un Do# mayor.
Algo tan inocuo para otros instrumentistas era bastante traumático porque cambiaba todas mis posiciones, mis licks aprendidos y mis cuerdas al aire por patrones muy distintos, complicados, y que sonaban peor, y me hacía pelearme a menudo con él (con el apoyo del banjista dicho sea de paso).
Cuando en cierta ocasión grabamos algunos temas lo solucioné cambiando la afinación al violín, pero claro, en medio de una actuación eso no lo puedes hacer así que en principio, la idea de que exista una cejilla para violín que funcionara bien debería parecerme genial.
El problema con la idea es el hecho de que el violín no tiene trastes, de modo que tener un accesorio presionando las cuerdas contra el diapasón hace que estas tengan una altura menor, y ese hecho puede afectar mucho al sonido, haciendo incluso que la vibración se vea entorpecida. He visto algún vídeo con este accesorio y, puede que en un entorno fiddle en vivo en el que no se espera mucha calidad de sonido o un nivel poco profesional esto pueda resultar útil, pero no lo veo en otras circunstancias.
Buscando en foros he encontrado otras soluciones caseras que creo más interesantes, pues no están basados en aplastar las cuerdas, sino todo lo contrario, se colocan bajo las cuerdas y las levantan ligeramente. Por ejemplo, con las típicas abrazaderas de plástico que se usan para sujetar cables, o mejor aún introducir un fósforo de madera (se puede humedecer con saliva, para que se ablande y se adapte a la curvatura del diapasón), actuando así a modo de nueva cejilla.
Cejilla caseras encontradas en Sternercapo.se
En cualquier caso, si queréis probar alguna de las que venden sólo he encontrado este sitio en el que tengan (en Amazon no hay ahora mismo stock) y que casualmente es el mismo que vende trastes adhesivos :
Arnés de sujección
Otra de esas obsesiones que aquejan a muchos es la de que el violín se sostenga solo, sin necesidad de sostenerlo con las manos ni sujetarlo bajo la barbilla. Realmente hace falta muy poco para que un violín esté en su sitio, pero las malas técnicas y una negativa disposición al relacionarnos con él son los verdaderos problemas y hay gente que busca soluciones desesperadas.
Sobre este concepto ya he visto bastantes intentos, algunos de casas prestigiosas como el Balanced Shoulder Rest de la casa NS Design, que terminaron retirando (seguramente por las quejas de las personas que terminaron con sus violines estropeados o destrozados en el suelo).
Pero lo más habitual es el accesorio que ata o sujeta el violín al cuerpo para que se sostenga sin necesidad de brazos. He aquí algunos ejemplos:
Viostrap
Este arnés es bastante típico, se sujeta en el cuello y la parte inferior del diapasón de un modo que a mí me parece algo peligroso.
Lo podéis ver en más detalle y comprarlo aquí: https://viostrap.com/tutorial-2/
Violín Valet
Este «mayordomo de violín» tiene un sistema algo diferente, porque utiliza un contrapeso que se echa a la espalda para balancear y equilibrar el violín. A su fvor, que es más fácil quitártelo y ponerlo, y en su contra, que es algo menos seguro y no se puede dejar el violín colgando (para coger usar otro instrumento por ejemplo).
Este señor nos explica su funcionamiento:
Fiddle Ezy Violin Support System
No sé dónde se sujeta exactamente esta correa, pero si es en la barbada como parece en la foto, me parece terriblemente peligroso, y si lo hace con una abrazadera a la caja del violín, aun más.
Lo he encontrado aquí: https://at-aust.org/items/11167
Arnés de violín
En este caso no se han molestado en buscar un nombre rimbombante, lo que agradezco. No es el colomo de la elegancia y montarlo es algo lioso, creo que hay que hacer un cursillo de nudos marineros antes. El señor de la foto además parece estar sufriendo, quizás le está presionando alguna arteria.
Podéis verlo en detalle aquí: http://www.danielbrauchli.com/Violin_Harness.htm
ISI Aceto Violin Neck Strap
Es parecido al anterior aunque parecce algo más sencillo de montar. Poco más que añadir.
Lo podéis ver y comprar aquí: https://ithacastring.com/product/aceto-violin-neck-strap/
Sobre estos sistemas tengo que decir que pueden ser útiles en algunos casos, como en actuaciones en las que el intérprete debe moverse mucho, con coreografías o performances muy físicas (pensemos en Lindsay Stirling o Ara Malikian) y el instrumento podría correr peligro, o para músicos que quieren cambiar de instrumento rápidamente y así pueden dejar el violín colgando a la espera de volver a usarlo.
Eso sí, habría que probarlos y testarlos concienzudamente para comprobar su seguridad y fiabilidad antes de confiar ciegamente en ellos.
Bow Hold Buddies
Éste no es realmente un accesorio como los otros porque, aunque ayuda a tener una correcta sujección del arco, es sólo una herramienta de aprendizaje, que se debe dejar de lado en cuanto el estudiante ha interiorizado la posición de los dedos. Y prueba de ello es que le han dado inteligentemente forma de animalillos para que a los niños les gusten más.
Estos accesorios son bastante populares entre profesores y es fácil encontrarlos en muchas tiendas. Si tienes un alumno recalcitrante con los dedos, prueba a poner recetarle esto.
Y hasta aquí algunos cacharros raros que encontré por ahí ¿Conocéis vosotros algún otro objeto interesante?
No dejéis de contarlo en los comentarios.
Muy interesante. Me ha gustado.
Estaba buscando sobre los trastes (toco la guitarra ya imaginas) y sistemas de sujeción que no produzcan tortícolis;-)😉
Un punto del violín que me trae loco es el clavijero. Será porque no invertí mucho en el instrumento que sufro con ese clavijero que se suelta. Me he preguntado si no habrá sistemas como los de la guitarra y sí que los hay… Pero no me atrevo. No sé si los conoces y tienes una opinión .
Un saludo
Hola:
Efectivamente, en los violines de bajo coste es habitual que las clavijas se suelten.
Supongo que te refieres a las clavijas de microafinación de Wittner:
Finetune-Pegs for UKULELE, Finetune-Pegs for Oriental Instruments, Peg Winder for Finetune-Pegs
Funcionan muy bien, pero son relativamente caras. Y en teoría debe montarlas un luthier, lo cual encarece aún más. Si no invertiste mucho en el instrumento probablemente no te compensará invertir en las clavijas. Pero como solución, son la solución definitiva a clavijas que se sueltan.
Hay otra marca aparte de Wittner pero son aún más caras.
Un saludo