Siempre he tenido un poco de nostalgia de los sonidos profundos y poderosos del violonchelo. Los problemas logísticos que acarrea su estudio y sus elevados precios me impiden pensar en tocarlo algún día, pero hay algunas alternativas para conseguir reproducir ese sonido con nuestro propio violín.
Os transcribo un artículo de la tienda Electricviolinshop, donde nos explican cómo conseguirlo.
Solemos pensar que la mayoría de los violinistas eligen su instrumento en parte porque aprecian el sonido brillante y agudo que se puede tocar subiendo por la cuerda Mi, y que los violistas eligieron su instrumento porque se confundieron el día que fueron a recogerlo a la tienda… -lo siento, no me pude resistir-. En cualquier caso, la mayoría de nosotros, los músicos «de cuerda aguda» nos sentimos, en general, bastante cómodos y satisfechos en nuestra tesitura. Pero de vez en cuando -al menos yo y estoy seguro que la mayoría de vosotros también- nos preguntamos cómo sería eso de profundizar en esa cuerda grave de Do del violonchelo y retumbar un poco todo el escenario; aunque nosotros los violinistas (los primeros violines, sobre todo) nunca admitiríamos en voz alta que tenemos envidia de otro instrumento de cuerda. Por eso queremos ahorraros la vergüenza potencial de ser pillados toqueteando un violonchelo después del ensayo -bueno, todos lo hemos hecho alguna vez – así que debéis saber que vuestro propio violín (o viola) puede hacer sonar notas graves ¿esas suites para violonchelo de J.S. Bach sobre las que has estado buscando una transcripción para violín? ¡mejor practica un poco la lectura de la clave de fa y tócalas en su versión original! ¿cómo, te preguntarás? pues sigue leyendo, hay un par de maneras fáciles y divertidas…
Cuerdas escaladas ‘Octava’
Los avances en la tecnología de las cuerdas han hecho posible la producción, con una muy alta calidad, de cuerdas tonalmente estables que suenan una octava por debajo de su rango, pero con la longitud de las cuerdas normales para ese instrumento. La gama de cuerdas de perlón de alta calidad Super-Sensitive Sensicore ofrece una selección completa de posibles cuerdas de rango tonal ampliado. Además de ‘cuerdas octava’ que suenan una octava por debajo de las Sol-Re-La-Mi (GDAE) del violín, fabrican unas cuerdas de una escala violín Do -C- (al igual que hace D’Addario ) y un juego de cuerdas de Do octava, así como cuerdas de violín que bajan de la cuerda Sol en quintas (es decir, Fa, Sib y Mib).
Así, un violinista podría crear una viola pequeña de su instrumento mediante la eliminación de la cuerda Mi, desplazando las cuerdas Sol-Re-La una posición hacia arriba y añadiendo una cuerda Do en la parte inferior. Igualmente, podría sustituir todo el juego de cuerdas de gama baja octava, Sol-Re-La-Mi (GDAE) para crear un violín ‘barítono’, o un juego octava Do-Sol-Re-La (CGDA) para un violonchelo al hombro, literalmente, ¡un instrumento de rango violonchelo tamaño violín, utilizable sobre el hombro!
Los violistas tienen opciones similares, incluyendo una cuerda Fa, cuerdas octava Do-Sol-Re-La (CGDA) -de nuevo una viola con sonido violonchelo tamaño portátil- o la opción ¿desquiciada? de subir mediante una cuerda de viola escala alta Mi (E)!
Escuchad al violinista de heavy metal Earl Maneein tocando el «violonchelo de hombro» en la tienda ElectricViolinShop. Hemos montado esta «viola de 14 pulgadas con cuerdas Sensicore Octava CGD y A.
Si quieres tocar con las cuerdas graves de rango extendido, necesitarás un arco capaz de agarrarse a ellas lo suficiente como para producir un buen tono. Los violinistas podrían utilizar un arco de viola, pero nosotros recomendamos encarecidamente la serie CodaBow Joule, el primer arco diseñado específicamente con los instrumentos de rango extendido en mente. Estos arcos funcionan muy bien con cuerdas de octava o cuerdas graves de rango extendido y CodaBow ha hecho versiones además para viola y violonchelo. En realidad, son también muy buenos arcos para cuerdas de rango normal, así que, si estás mirando en tiendas para comprar un nuevo arco y tienes pensado tocar alguna vez en rango extendido ¿por qué no matar dos pájaros de un tiro?
Opciones para los violonchelistas
Aunque este post trata en realidad acerca de cómo convertir un instrumento de rango agudo en un instrumento grave, merece la pena mencionar que, gracias a unas excelentes cuerdas NS eléctricas de D’Addario, violonchelistas también tienen opciones de cambios de cuerdas; a saber, la elección de un Fa para la cuerda grave hasta un Mi (E) (una quinta por encima del La (A) del chelo, o una octava por debajo del Mi (E) del violín).
A tener en cuenta
Hay que señalar que, en función de cuan extrema sea la alteración de sonido que le hagas a tu instrumento con el nuevo encordado, tu instrumento puede requerir algunas modificaciones para dar cabida al mayor grosor de las cuerdas más graves. No debería ser necesaria ninguna alteración para agregar una cuerda de viola Do -C- a un violín, o una Fa bajo (F) o Mi (E) alto a una viola, pero la hora de incorporar las cuerdas de la octava inferior, de mayor tamaño, ten en cuenta que las ranuras del puente y de la tuerca deben ser más amplios, así como agujeros de los microafinadores para la cuerda deberían estar en consonancia. Así que, para fabricar tu mini-chelo, ¡mejor utilizar tu segundo violín antes que tu Guarneri!
Octava/afinación con pedales.
Para aquellos de vosotros que querríais tocar un mini-chelo pero no tenéis un segundo violín que sacrificar, podéis conseguirlo de un modo fácil electrónicamente. Los pedales, aunque no son una solución acústica para convertirse en un violonchelista erguido (se requiere un fonocaptor -pickup- y un amplificador también), son bastante fáciles de usar y no requieren una significativa* alteración de tu instrumento. Entre los muchos pedales «pitch shifters» de calidad disponibles, en su mayoría diseñados con la guitarra en mente, hay uno por encima de todos para usar con instrumentos de cuerda frotada. El Morpheus DropTune proporciona la más limpia, la más tímbricamente inalterada reproducción de sonido en incrementos de medio tono, disminuyendo hasta una quinta por debajo (el violín se convierte en una viola, sin ningún cambio de cuerda), e incluso hasta una octava completa a continuación. Sin embargo, para convertirte en un verdadero ‘mini-violonchelista’ con este método, deberás encordar tu instrumento con un set de cuerdas Do-Sol-Re-La (CGDA) utilizando bien las D’Addario o la C Super-Sensitive (Do) para luego activar el efecto de octava y así conseguir un enormemente hermoso y convincente sonido de chelo. Los violistas en cambio no necesitan hacer ningún cambio de cuerda, ya que son, naturalmente, una octava perfecta por encima del rango del violonchelo.
Si estás interesado en ver cómo funciona el Morpheus DropTune, visita nuestro cutre (ya verás, ya) vídeo-review del productoa continuación.
* Ten en cuenta que algunas pastillas pueden requerir un mínimo de ajustes en el puente con el fin de acoplarse perfectamente a donde deben estar. Esto generalmente necesario al montar las pastillas Kremona o Fishman y no supone más que el afeitado interior de la ranura lateral para acomodar la anchura del transductor. La alteración es apenas si es perceptible visualmente, y no produce un cambio audible en la calidad del tono del instrumento.
FUENTE:
Yo las he probado en la Barcelona Fiddle Congress. Los chicos de carbonia trajeron uno con cuerdas octavadas. Lo cierto es que son muy gordas y muy blandas, por lo que el sonido que se consigue es algo así como un gruñido gutural poco definido. Más o menos como el chico del video.
Si se quiere tocar octavando, existen pedaleras que hacen esa función muy bien. Yo lo uso en conciertos y es muy impactante.
Sí, Rodrigo de Qarbonia también me enseñó el Baritone, aunque es un violín una octava más bajo;, aquí es octava + quinta, la nota más grave sería un Do, dos octavas más bajo que el Do más bajo del violín. Desde luego lo más fácil es enchufarse y modificar el sonido, pero tocar en acústico en esa tonalidad también debe de ser interesante.
Si queréis escuchar cómo funcionan estas cuerdas octavadas de Supersensitive, os dejo un enlace de Ara Malikian tocando con ellas en un Qarbonia para que podáis juzgar por vosotros mismos:
http://youtu.be/9LFVhVnWW-U
Según lo que he experimentado, para que el sonido quede bien definido al tocar con estas cuerdas octavadas hay tres cosas a tener en cuenta:
– Un arco con una anchura de crines por encima de lo estándar. Es recomendable un arco de viola para estos casos, o un arco que pese a partir de 64 – 65 gramos.
También hay arcos de violín, que suelen ser de madera de serpiente que se pueden encontrar con este peso y resultan adecuados.
– Utilizar una resina muy blanda. No una resina blanda para violín, sino algo así como Pirastro Cellisto o similar. En su defecto, Melos oscura es una buena opción, pero habrá que darle siempre con generosidad.
– Cuidar el montaje del violín, El calibre de las cuerdas puede dar problemas si el puente está bajo o la cejilla tiene poco altura. También habrá que cuidar cómo están las marcas en la cejilla. Y todo ésto sólo lo puede resolver un luthier. que esté familiarizado con montajes que vayan más allá de lo clásico.
Acostumbrarse a estas cuerdas lleva un rato. Obviamente la sensación es muy diferente, por el grosor, pero uno no tarda mucho en hacerse a ellas. El agarre al pasar el arco debe ser firme, y la presión un poco mayor.
Tocar con un octavador en una opción, pero no siempre la mejor.
La pega de tocar con una pedalera con octavador, aparte de que naturalmente nunca podremos acompañar a nadie sin tener que amplificar, es que a veces funciona lastimosamente con algunos piezos de quita y pon (especialmente los piezos no profesionales) y un buen sonido octavado de calidad sólo lo conseguiremos a partir de un violín eléctrico como fuente. Eso pasa en general también con cualquier multiefectos.
Un saludo a los Deviolinistas.
¡Hola Rodrigo! Gracias por tus apreciaciones, muy atinadas, me alegra leerte por aquí, un saludo.