Que a la mandolina haya quien la llame «el violín de los pobres», aparte de ser una gracieta más o menos ofensiva para los mandolinistas, tiene algo de sentido para quienes han probado ambos instrumentos. Sus similitudes incluyen un tamaño relativamente similar, el mismo número de cuerdas (con la particularidad de que en la mandolina están duplicadas) y sobre todo una afinación de las mismas igual, de tal manera que para cualquier violinista no resulta complicado trasladar la digitación que utilizaba en el violín, a la mandolina.

Además, ambos instrumentos participan a menudo en los mismos estilos musicales (música barroca, folk, bluegrass…) y han tenido una evolución histórica similar.

Yo tengo una mandolina muy barata que compré por curiosidad y he de decir, que si no fuera un instrumento de tan baja calidad, habría seguido practicando y divirtiéndome con ella. De hecho, nada más comprarla, toqué muchos temas del método Suzuki con ella, y es sorprendente lo rápido que puede ser la adaptación.

Si queréis profundizar en esta atracción entre violín y mandolina, os recomiendo este otro artículo que escribí hace un tiempo: «Por qué los violinistas deberían aprender a tocar la mandolina».

Todo este rollo viene a cuento por la actuación, organizada por NPR, que quiero compartir con vosotros: Chris Tile, un grandísimo virtuoso de la mandolina folk se lanza nada menos que a interpretar el tercer movimiento del famoso concierto para dos violines de Bach, acompañado de una agrupación de cuerda. Aunque no es la primera vez que se embarca en el mundo de la música clásica, no le había visto inmerso en medio de una agrupación de músicos clásicos de cuerda frotada.

He de decir que hay quizás demasiada discrepancia entre ambos instrumentos (notas frotadas frente anotas percutidas), y que la mandolina quizás se oye a un volumen demasiado bajo en relación a su compañero violín, pero es un experimento lo suficientemente interesante como para que lo comparta. Y además hay algunos temas más a mandolina solo + voz donde da rienda suelta a su talento, que quizás os haga interesaros aun más por este instrumento.