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Desde el inicio de los tiempos, el hombre ha luchado contra la trágica y penosa condena de tener que sujetar el violín con la mano y el mentón, ¡oh destino cruel! y al tiempo que sufría este tormento, pergeñaba con febril imaginación mil y un ingenios que aliviaran su fatal castigo.
Almohadillas de mil formas y estructuras, almohadillas con enormes brazos ortopédicos, largos pañuelos que se introducen bajo el cordal y con el que casi parece que te tienes que hacer un pareo... y hoy he encontrado un sistema nuevo, que funciona gracias a un mecanismo de contrapesos que te tienes que echar a la espalda.
La verdad, ¿merece la pena complicarse tanto? Creo que si tocamos con una postura correcta y sin tensiones físicas ni psicológicas no debería costar tanto adaptarnos al instrumento (o que él se adaptara a nosotros) Sin embargo los problemas de dolores, molestias, cansancio, moratones e incluso lesiones son una constante en instrumentistas que tocan mucho tiempo, así que, mientras esto siga sucediendo, seguirá habiendo iniciativas que intenten ofrecer una solución fácil y milagrosa a un problema demasiado habitual.
Os dejo un vídeo de demostración del sistema:
Enfin, una opción más, tal vez podría ser también útil en situaciones como actuaciones en las que debas moverte mucho y hacer mucho el cabra, por seguridad, aunque viendo que Ara Malikian no lo necesita aun haciendo toda clase de brincos, eso también es dudoso.
El ingenio es adquirible por la cantidad de 70$ más impuestos y gastos de envío desde los EE.UU. desde AQUÍ.