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Hola Jesús,
Tu reseña sobre la plataforma de aprendizaje de Beth Blackerby me ha parecido muy interesante. Estoy de acuerdo con lo que dices, sobre todo con esta idea de que lo que falta se relaciona con el contacto humano.
Yo he podido probar Violin Lab durante unas semanas y me he llevado una sensación parecida, muy positiva. A mi parecer, esta plataforma está muy bien hecha y su relación calidad-precio es correcta. Es verdad que con el tiempo se empieza a notar la falta de contacto tanto con tu profesor como con tus compañeros de clase.
Si bien la plataforma está muy bien hecha, los niveles están bien delimitados y las indicaciones de Beth en los videos son muy buenas; no creo que esto sustituya clases presenciales. Sin embargo, también me pasa que yendo a clases se me hace muy poco el contacto con mi profesor (una hora semanal) y muchas veces no logro juntarme con mis compañeros a causa de horarios desencontrados.
¡Tal vez una mezcla de ambas cosas sea lo ideal!
Un abrazo por aquí,
Pablo Fayad
Gracias por tu comentario Pablo, me alegro de que te haya gustado el artículo. Como digo, mejor un buen profesor on-line que uno malo en persona, pero claro, queremos tenerlo todo. Otra opción es, para los que ya tocan a cierto nivel, ir a talleres, masterclasses, campamentos, tanto individuales como grupales. Se evita la rutina de las clases periódicas, que a veces matan un poco la ilusión, y se mantiene el impulso de tocar con gente y aprender con enfoques nuevos.
Saludos!
Dejo aquí alguna matización que me transmite un alumno de este sistema, y que yo no había visto: hay un curso para aprender a leer solfeo y también hay otro curso de práctica (practice course) que son complementos muy interesantes.
Además, una vez al año organizan una reunión en Buffalo, y el año que viene preparan uno en Europa para complementar las carencias que menciono en el artículo.