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Fandango es una obra del mexicano Arturo Márquez, así que no es un fandango al estilo flamenco que conocemos aquí, sino el adaptado al folklore mexicano. La composición es una petición de la violinista Anne Akiko Meyers y está dirigida nada menos que por Gustavo Dudamel.
Sobre su composición, el autor escribe:
El Fandango se conoce mundialmente como una danza española popular y específicamente, como una de las partes (Palos) fundamentales del flamenco. Desde su aparición en el siglo XVIII, varios compositores como S. de Murcia, D. Scarlatti, L. Bocherini, Padre Soler, W. A. Mozart entre otros, incluyen al Fandango dentro de la música de concierto. Lo que poco se conoce en el mundo, es que inmediatamente a su aparición en España, el Fandango se traslada a las Américas en donde adquiere una personalidad acorde a la tierra que lo adopta y cultiva. Hoy en día, aún lo podemos encontrar en paises como Ecuador, Colombia y México, en éste último y concretamente en el estado de Veracruz y en la zona de la Huasteca, zona de 7 estados en el oriente de México, el Fandango adquiere un tinte distinto al género español. Se trata, ya desde siglos atrás, de una festividad especial de músicos, cantantes, poetas y bailadores. Todos se reunen alrededor de una tarima de madera para zapatear, cantar e improvisar décimas de ocasión. Cabe señalar que Fandango y Huapango tienen significados similares en nuestro país.
En 2018 recibí un correo de la Mtra. Anne Akiko Meyers, maravillosa violinista, en donde me proponía la posibilidad de que escribiese una obra para violín y orquesta que tuviese que ver con la música mexicana. La propuesta me interesó y apasionó desde ese mismo momento, no sólo por la propuesta estética emocional de la Mtra Meyers sino también por mi admiración hacia su musicalidad, virtuosismo y sobretodo por su valentía al proponer un concierto tan fuera de los común. Ya había intentado, sin éxito, componer un concierto para violín unos 20 años antes con ideas que se basaban en el Fandango mexicano. Esta música la conocía desde niño , escuchándola en el cine, la radio y escuchando a mi padre violinista de mariachi, (Arturo Márquez Sr.) interpretar sones huastecos y de mariachi. También a partir de los 90’s he estado presente admirando el Fandango en varias partes de México. Quisiera mencionar que el violín fue mi primer instrumento a los 14 años (1965), curiosamente, lo estudié en La Puente California, condado de Los Angeles donde afortunadamente se estrenará esta obra con la maravillosa Filarmónica de Los Ángeles bajo la dirección de mi admirado Gustavo Dudamel. Hermosa coincidencia ya que no tengo duda de que el Fandango se cultivaba en California en los siglos XVIII y XIX.
Fandango para violín y orquesta es formalmente un concierto en tres movimientos:
Folia Tropical
Plegaria (Chaconne)
Fandanguito
El primer movimiento, Folia Tropical, tiene la forma de la sonata o del concierto clásico tradicional: Introducción, exposición con sus dos temas, puente, desarrollo y recapitulación. La introducción y los dos temas comparten el mismo motivo de forma totalmente diferente. Emocionalmente, la introducción es una llamada a la historia remota del Fandango; el primer tema y el puente, éste totalmente rítmico, se basan en la "Clave" caribeña y el segundo es eminentemente expresivo, casi como un bolero romántico. Las folías son danzas antiguas que provienen de Portugal y España. Sin embargo, también la raíz y el significado de esta palabra nos lleva a la palabra francesa "Folie": locura.
El segundo movimiento: Plegaria hace tributo al huapango mariachi conjuntamente con el Fandango español, tanto en su parte rítmica como en la emocional. Cabe destacar que uno de los Palos del Flamenco Andaluz es precisamente una Malagueña y México tiene tambien una huapango honrando a Málaga. No retomo temas tradicionales pero si existe un sano intento de unir ambos mundos; es por ello que este movimiento es el fruto de un matrimonio imaginario entre el Huapango-Mariachi y Pablo Sarasate, Manuel de Falla e Issac Albeniz, tres de mis queridos y admirados maestros. Es también una chacona tratada libremente. Quizá pocos saben que la Chacona así como la Zarabanda fueron dos danzas prohibidas por la Inquisición española a finales del siglo 16 y principios del 17, mucho antes de que formaran parte de la música barroca europea. Es más, los primeros escritos sobre estas danzas las sitúan en el México colonial de estos siglos.
El tercer movimiento “Fandanguito” es un homenaje al famoso Fandangito Huasteco. La música de esta región se compone de violín, jarana huasteca (pequeña guitarra de ritmo) y huapanguera (guitarra baja de 5 ordenes de cuerdas) y por supuesto acompaña al canto de sus sones y a la improvisación cantada o recitada. El violín huasteco es unos de los intrumentos con más virtuosismo en toda América. Tiene ciertos rasgos parecidos a la música barroca pero con una gran vitalidad rítmica y una rica variedad original en golpes de arco. Todo violinista Huasteco debe de tener una versión personal de este son, si quiere tener y mantener un prestigio. Este tercer movimiento es una elaboración totalmente libre del Fandanguito Huasteco, pero mantiene muchos de sus características rítmicas. Demanda un gran virtuosísmo del solista y es la música que he guardado en el corazón durante décadas.
Creo que para todo compositor es un verdadero reto componer nuevas obras a partir de formas antiguas, especialmente cuando este repertorio forma parte de la estructura fundamental de la música clásica. Por otro lado, componer en este 2020 de pandemia no fue nada fácil por tanta dolor por las pérdidas humanas. Sin duda mi experiencia ha sido intensa y emotiva y he conservado mis 7 principios capitales: Tonalidad, modalidad, , melodía, ritmo, tradición folklórica imaginaria, armonía y color orquestal.
- Arturo Márquez