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Yo pensaba que no, pero sí que hay gente que lo hace, y lo hace muy bien, como Katrina Nicolayeff, ganadora en 2014 del campeonato Grand Master Fiddle. El único cambio que parece haber realizado es cambiar de lado la barbada.
Es curioso porque tocando así las cuerdas agudas, las más exigentes y utilizadas, quedan en la parte superior, en la zona en la que hay que subir el codo, con lo que en teoría es más difícil para el brazo acceder.
Otra dificultad por supuesto es que habrá tenido que emplear una buena dosis de autodidactismo, las posturas de acordes van al revés, y además, un acorde normal lo haría hacia arriba en vez de hacia abajo.
Enfín, sería interesante saber por qué llegó a aprender así en vez de las otras dos opciones posibles, que son: comprar un violín para zurdos, o tocar como un diestro aun siendo zurda, que es lo que hace la mayoría.
Eso sí, la costumbre de muchos folkis de no limpiar el violín la tienen zurdos y diestros por igual.
Os dejo un vídeo suyo: