5 de septiembre de 1901. Una niña de 8 años, de negros ojos saltones, se estrena como solista de violín. Además, también toca el violonchelo, arpa y piano.
¿Pero quién es esta niña prodigio? Marie-Juliette Olga Boulanger, más conocida como Lili Boulanger, nacida el 21 de agosto de 1893 en la meca de la música de la época: París.
Los puntos más importantes que tejen su vida se resumen en tres palabras: Premio, Conservatorio y Nadia. Tal vez también Drama. Pero empecemos por el principio.
La pequeña Lili
Lili es la tercera generación de músicos de su familia. Hacía casi 100 años había nacido su abuela paterna Marie, cantante famosa. Más tarde, su hijo y futuro padre de Lili, Ernest, se convierte en un reconocido compositor y director de orquesta. Ernest recibe el prestigioso “Prix de Rome” con solo 19 años. Presta atención porque este es el primer elemento que define la vida musical de Lili: El Premio.
Ernest conoce a Raïssa Myschetsky, 43 años más joven que él, dando clases de canto en el Conservatorio de París (este es el Conservatorio clave donde también darán clases sus hijas). Se casan y tienen 4 hijas, de las cuales solo sobrevivieron Lili y Nadia, 6 años mayor que Lili. Ten en cuenta que cuando Lili nace, su padre tiene ya la friolera de 77 años.
“Con el tiempo, Nadia se convierte, según muchos expertos, en la mejor pedagoga musical del siglo XX. “
Pero hablaremos de ello más adelante. A sus tres años Lili se recupera penosamente de una fuerte neumonía, convirtiéndola en una niña (y adulta) enfermiza, sobreprotegida por las mujeres de la familia. Mientras tanto, por su casa pasan profesores y músicos de la talla de Gabriel Fauré, con lo que se crea un ambiente musical de mucha altura.
En 1900 muere el padre a sus 84 años. La madre decide quedarse en casa con la pequeña Lili de seis años, que tiene más tiempo para componer y relacionarse con músicos famosos. De hecho, seis años más tarde compone su primera obra, supuestamente dedicada a su padre, como verás por su título: Lettre de mort (carta de muerte).
Nadia sale a dar clases de música y mantener a la familia, aunque no está molesta por tener que hacerlo, si no que lo acepta con gusto, para cuidar a su querida hermanita y mantener un modo de vida acomodado.
El premio
El premio de Roma de las Artes es tan prestigioso como difícil de ganar, que lanza a compositores como Berlioz y Debussy. ¿Y de qué consta? Residir durante cuatro años (prorrogables a cinco) en la fastuosa Villa romana Medici, con todos los gastos pagados. Hay que componer una serie de obras obligatoriamente, pero cada uno a su estilo y con bastante libertad. Y lujos.
En 1907 y 1908, Nadia (la de las gafas de la foto) participa en el premio de Roma, llegando a la final ambos años. Pero no lo gana, así que deja de intentarlo y cede el turno a Lili. Recuerda que su padre lo había conseguido, con lo que deseaban repetir éxito.
Así que en 1909, Lili Boulanger se matricula en el Conservatorio de París, pasando a la historia como una de las primeras alumnas de composición. Entonces, empieza a encontrase peor, con lo que muchas veces se escribe por carta con los profesores, en vez de ir a clase. Teletrabajo de la época, vaya.
A partir del año 1912, Lili está de lleno absorta en ganar el Premio. Va a clase incluso los domingos. Desgraciadamente, llega a la final pero no se puede presentar. La culpable es la que llamaban tuberculosis estomacal, que es en realidad la enfermedad de Chron.
Al año siguiente por fin gana el premio, curiosamente a la misma edad que su padre. La prensa se hace eco de su condición de primera (y frágil) mujer en ganarlo, a pesar de que su composición dedicada a Nadia “Faust et Hélène” no es ni frágil, ni femenina, si no más bien oscura y muy potente. Vaya, que le dan poco bombo y platillo a la música en sí.
La buena noticia es que ahora ya es oficialmente una compositora, con lo que puede vivir y cobrar de ello. Firma también un contrato de publicidad con la editorial Ricordi, por si las moscas.
Las guerras de Lili
Te estarás temiendo que ahora asomará una tragedia. Pues estás en lo cierto.
Lili no era muy fan de quedarse “encerrada” en Villa Medici, pero no tuvo que pensárselo mucho porque solo pudo quedarse 6 meses. Había estallado la Primera Guerra Mundial.
Al volver a París, no podía trabajar de enfermera por su delicada salud, con lo que tuvo una gran idea junto con su hermana. Crearon una red de apoyo a los estudiantes del Conservatorio afectados por la guerra.
Irónicamente, el estallido de la guerra fue beneficioso para las mujeres músicas, porque los hombres estaban en el frente y había que dar conciertos. Así, Lili pudo presentar su obra, apoyada por el creciente nacionalismo francés.
El legado de las hermanas
Los últimos años de Lili son muy convulsos, con continuas idas y venidas a médicos, muchas obras inacabadas y el refugio en la religión para seguir componiendo. Sabe que le queda poco, y tal vez por eso intenta con todas sus fuerzas y en medio de tremendas depresiones terminar, al menos, su obras religiosas. Acabó dictando sus composiciones a Nadia, porque estaba demasiado débil para transcribirlas ella misma.
A la muerte de Lili con 24 años, Nadia no compuso más porque no se sentía a su nivel. Tampoco continuó las composiciones inacabadas de su hermana, a pesar de que inicialmente se lo había pedido.
Nadia siguió con su carrera musical, llegando a ser mentora de Piazzola, y es gracias a ella que se ha conservado el legado musical de su hermana: 64 obras catalogadas, de las cuales 24 publicadas, 12 no, 10 incompletas y 18 perdidas.
Sin duda una lección de trabajo en equipo y de complicidad entre hermanas.
“La música que nos ha legado Lili es de estilo francés de principios de siglo, con influencias de Fauré, Massenet y Debussy. De tendencias vanguardistas y fuertes contrapuntos, expresa una madurez muy por encima de la esperada en una mujer tan joven.”
Para saber más
- https://es.wikipedia.org/wiki/Lili_Boulanger
- https://bibliotecas.unileon.es/partitULE/2018/02/24/lili-boulanger-1893-1918-100-anos-de-la-muerte-de-un-angel-de-la-musica/