De forma cíclica, oigo en algún sitio el tema que hoy os presento, se mete en mi cabeza y me obsesiona, quisiera saber por qué. Ese ritmo sostenido, cálido y sincopado, esas cuerdas tan sencillas, ese aire de mis queridos años ochenta, me resultan irresistibles, me producen cierta dulce melancolía. La verdad es que los violines no son muy protagonistas aquí pero qué diablos, unos buenos acompañamientos es mejor que unos malos solos.
The Penguin Cafe Orchestra es un grupo inclasificable (¿minimalismo, clásico, pop…?) de los años ochenta y noventa, dirigido por el compositor y arreglista Simon Jeffes, muerto de un tumor cerebral en 1997, que compuso algunos temas que seguro tenéis en vuestro subconsciente pero que no sabéis de dónde vienen, como Music for a found harmonium, Telephone, o Perpetuum mobile. De todas ellas es este Air à danser el que, de vez en cuando sigue obsesionándome y quedándose a vivir una temporada en mi cabeza. Espero que no os pase lo mismo.
O sí.