El Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco de Córdoba es de los más antiguos de España y de los primeros en obtener del Estado el reconocimiento oficial de sus enseñanzas.
Procedente de la «Sección de Música» de la Escuela Provincial de Bellas Artes que existió en Córdoba en el último tercio del siglo XIX, el Conservatorio cordobés fue creado en 1902 por la Diputación Provincial, siendo su fundador y primer director el ilustre compositor cordobés Cipriano Martínez Rücker. En 1922, el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes decretó la incorporación del centro al Estado, dando validez oficial a las enseñanzas impartidas; una consideración ésta que no tenía ningún otro conservatorio andaluz, y tan sólo los de Madrid y Valencia, en el resto de España.
Así, con la denomiinación de Conservatorio Oficial de Música permaneció hasta que, en 1942, el Ministerio de Educación Nacional le otorgó la categoría de conservatorio profesional, estatus que compartiría igualmente con muy pocos conservatorios del Estado. Desde entonces, tiene capacidad académico-administrativa para otorgar las máximas titulaciones previstas en la legislación vigente.
En 1972, seis años después de que el Ministerio de Educación y Ciencia regulara nuevamente las enseñanzas musicales, así como el funcionamiento de los conservatorios, creando la figura del conservatorio superior, un decreto de dicho Ministerio confirió al centro cordobés el nuevo máximo rango académico, grado sólo compartido entonces con los conservatorios de Madrid, Valencia, Murcia, Málaga y Sevilla.Tal concesión de la superioridad académica estuvo acompañada de un extraordinario incremento de alumnado, llegando a superarse la cifra de 3.000 alumnos oficiales a finales de la década de los setenta.
Por tal motivo, no sólo se amplió considerablemente la plantilla de profesores, sino que se anexionaron dos casas contiguas al inmueble de la calle Ángel de Saavedra, un edificio cuya historia se remonta hasta el siglo XVI y de cuyo esplendor nos habla su preciosa portada plateresca. Y tan noble centro ha sido durante décadas el principal punto de destino de los alumnos de música escolarizados no sólo en los demás conservatorios de Córdoba y su provincia, sino también de otros puntos de la geografía española. Tal es el caso de los numerosos alumnos provenientes de los conservatorios profesionales de Jaén y Linares -circunstancia ya tradicional, por razones obvias-, y de Castilla La Mancha, Extremadura y la Comunidad de Madrid.
Por otra parte, hay que subrayar un hecho particularmente elocuente en la historia del centro: el Conservatorio de Córdoba no sólo ha tenido un papel decisivo en el campo de la educación musical, sino que además ha mostrado una interesante faceta de centro cultural, gracias a su magnífico auditorio, por el que han pasado renombradas figuras nacionales e internacionales, como Salvatore Accardo, Narciso Yepes, Pedro Lavirgen, María Orán, Barry Douglas, Josep Colom, Javier Perianes, Jean Philippe Collard, Michel Lethiec, Manuel Barrueco, David Russell y, por supuesto, el universal pianista cordobés Rafael Orozco (quien daría nombre al centro, por unánime acuerdo claustral, tras su prematura muerte, en 1996). Y no sólo mediante programación propia, como es el caso de sus tradicionales Semanas de Primavera -ya por la trigésimocuarta edición-, sino también gracias a las numerosas actividades nacidas de la colaboración con otras instituciones, gracias a lo cual se celebran el Festival de Piano Rafael Orozco, las Jornadas de Música Contemporánea o Conócelo Jazz.
En el pasado 2002, el Conservatorio conmemoró el centenario de su fundación, celebrando más de un centenar de actos, entre conciertos de toda clase de músicas, recitales poéticos, teatro, danza y varias exposiciones. En reconocimiento a la dilatada labor educativo-cultural del Conservatorio, el Ayuntamiento de Córdoba le concedió la Medalla de oro de la ciudad.
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