Danny Houck, un hombre corriente pero con personalidad bipolar que atraviesa un mal momento vital, vive obsesionado con el mundo del violín, a tal punto que se ha tatuado el retrato de Jascha Heifetz en un brazo y a Antonio Stradivari en una pierna.
Y tiene una visión: construir un instrumento como el de los grandes maestros de la época dorada de Cremona, aunque jamás haya recibido formación alguna en el oficio. De modo que finalmente se lanza a intentar la hazaña de intentar reproducir nada menos que il Canone, el mítico instrumento construido por Guarneri del Gesù que perteneció a Paganini. Así, entre innumerables errores y chapuzas, alegrías y batacazos de desmoralizadora realidad, este hombre va avanzando en su quijotesca tarea hasta que al final…
Este es un documental con una pinta más que interesante, que acaba de ganar el premio del jurado al mejor documental en el Slamdance Film Festival de Park City, Utah, y que estoy deseando ver, porque, os confieso, yo también he tenido esos impulsos y esa obsesión; total, si me lancé a aprender a tocar yo solo siendo ya un adulto hecho y derecho, ¿por qué no voy a lanzarme ahora a construir obras maestras de la luthería?
Pero en esta historia podemos entrever un final: escuchando a Razvan Stoica interpretando a Piazzolla con la obra de nuestro protagonista:
Otro fragmento, para conocer al entrañable Danny: