CONSULTA AL LUTHIER
CONSULTA AL PROFESORDurante esta pandemia he pasado una buena parte de mi tiempo libre aprendiendo a tocar la Chacona de Bach en la guitarra, inspirándome en gran medida en la transcripción de Rodolfo Betancourt. Éste es Christopher Parkening interpretando mi versión favorita en guitarra (yo no sueno así ni remotamente):
Este viaje ha sido como un premio para el lado obsesivo-compulsivo de mi personalidad. En el momento en que estoy escribiendo esto, puedo guarrear toda la pieza e incluso tocar la primera mitad de forma que suene casi musical. Si también quieres probar, aquí tienes una partitura de violín.
Y ésta es una reproducción un poco retocada del manuscrito de Bach:
En este vídeo podemos recorrer la partitura manuscrita mientras es interpretada:
Más allá del puro gozo estético, tengo un par de motivaciones más para enfrentarme a la Chacona. Planeo usarlo como herramienta para la enseñanza, por ejemplo, en «Fundamentos de la música occidental» en la New School. Además, es un caso perfecto para comprobar la capacidad de Ableton Live como herramienta para aprender obras clásicas canónicas. Debido a mi combinación particular de fortalezas (buen oído) y debilidades (no puedo leer la notación musical si tengo que salvar mi vida), he necesitado analizar y memorizar perfectamente la pieza antes de poder tocarla. ¡Así que ahora la tengo totalmente analizada y memorizada! He realizado un estudio de las progresiones de acordes y del groove rítmico. En esta artículo, estoy haciendo algo incluso más ambicioso: un repaso pormenorizado de cada compás de la pieza, de los 256.
Antes que nada, algunos antecedentes: ¿por qué existe toda esta música de violín solo? Desgraciadamente, Bach no dejó constancia de sus motivaciones para componerlo, por lo que probablemente nunca lo sabremos con seguridad. Pero hay muchas posibilidades de que quisiera que las partitas y sonatas para violín fueran pedagógicas, una especie de libro de métodos para tocar contrapunto. No se interpretaron en un escenario de concierto hasta 1802, más de cincuenta años después de su muerte pero, al igual que con El arte de la fuga, es posible que él tampoco esperara que nadie las interpretara.
La Chacona es un Clásico Monumental del Canon Occidental, pero tiene una estructura sorprendentemente simple: una sucesión de bucles de cuatro compases, cada uno de los cuales sigue un esquema armónico muy similar. Esta forma ultra-predecible se parece más a lo que esperarías en una canción de rock o pop que a una obra clásica importante.
Las generaciones de compositores que vinieron después de Bach utilizaron estructuras como la forma de sonata para mantener el interés durante largos períodos de tiempo. Cuando los compositores occidentales querían escribir una sinfonía o alguna otra obra de gran formato, usaban múltiples temas moviéndose a través de múltiples centros clave, por lo que podría haber muchos procesos largos y contrastantes de exposición, desarrollo y transformación, como dice Joel Lester. Pero las formas sinfónicas no existían en la época de Bach. Cuando escribió una «sinfonía«, resultó algo de menos de cinco minutos de duración. Sus obras a gran escala son colecciones de movimientos individuales cortos. Por ejemplo, las variaciones Goldberg duran en conjunto más de una hora, pero cada variación individualmente solo unos minutos.
La Chacona es en sí misma parte de una colección más grande de piezas cortas, la Partita No 2 para violín en Re menor. Estas partitas son colecciones de música de danzas en un tono concreto. No sueles pensar en «Bach» y «danza» en la misma oración, y tal vez él no tenía la intención de que nadie bailara una chacona tradicional con su Chacona. Sin embargo, es una formato de baile. La Chacona es inusualmente larga para los estándares de Bach, casi tan larga como el resto de los movimientos de la Partita en Re menor juntos. Pero su estructura a gran escala es inceíblemente simple: una sucesión de 64 frases, cada una de las cuales tiene una longitud uniforme de cuatro compases. Cada frase comienza en el acorde tónico (Re menor o Re mayor) y cada una termina en un acorde dominante (La7), que se resuelve en Re al comienzo de la siguiente frase. Esa es una armonía especialmente plana y «poco interesante» para una obra clásica canónica.
Joel Lester dice que «el carácter intenso de la Chacona crece en parte a causa de su invariable tonalidad». Y es quizás por eso que me gusta tanto, porque disfruto cuando los músicos toman ideas armónicas simples y estáticas y las llevan a sus extremos. En este sentido, la Chacona de Bach es como los interminables ritmos de un solo acorde que tocó John Coltrane a principios de la década de 1960 , o los que Miles Davis tocó a finales de los 60 hasta mediados de los 70 , o los que Fela Kuti tocó toda su vida. Esta conexión con la música basada en el groove es más evidente si escuchas mi remezcla de la Chacona con ritmos afro-funk:
Las dos primeras frases de cuatro compases enuncian un tema, y el resto son variaciones cada vez más abstractas sobre ese tema. El tema es como el inicio de una melodía de jazz , y es lo primero y lo último que escuchas en la pieza. Bach también repite una versión alternativa del tema a mitad de camino de la Chacona. En aras de la simplicidad, describo las sesenta y cuatro frases como «variaciones». Muchas de las variaciones vienen en pares combinados, como si fueran sujetalibros. Algunos están conectados entre sí en grupos más grandes. A Bach le gustaba ejecutar ideas melódicas a través de los límites de la frase, por lo que las «secciones» que escuchas intuitivamente no siempre se alinean con la estructura de la frase.
A medida que recorres las variaciones una a una, es fascinante ver con qué mismo Bach va desarrollando su complejidad e intensidad. No es una elaboración lineal a lo largo de toda la pieza. Cuando los ritmos se vuelven más complicados, las armonías se vuelven más simples y viceversa. En la variación 34, el centro tonal cambia de Re menor a Re mayor, y Bach reinicia el nivel de complejidad de nuevo a casi cero. Luego, la complejidad aumenta nuevamente hasta la variación 53, el cambio de vuelta a Re menor, momento en el que se relaja un poco. Más tarde, la complejidad alcanza su punto máximo en las últimas variaciones.
¿Qué tan efectivo es el ritmo de Bach durante los 256 compases? Juzga por ti mismo. Encuentro que la pieza es conmovedora y efectiva en toda su duración, y mi capacidad de atención suele ser demasiado corta para la música clásica. Incluso mis hijos disfrutan escuchando la Chacona y están comenzando a cantar con las partes más pegadizas. Como todo lo que escribió Bach, la Chacona está repleta de ganchos memorables. Es más grande que la suma de sus partes, pero las partes también son bastante deliciosas.
Pues nada, aquí están las variaciones. Cada una tiene una marca de tiempo en una ubicación en este video:
Variación 1 (tema)
La Chacona comienza, extrañamente, en el segundo tiempo (el tiempo fuerte que falta se completa al final de la pieza). Los dos primeros compases siguen exactamente el ritmo de chacona. Las notas altas de los acordes explican la melodía, que fluye ininterrumpidamente hacia la siguiente variación.
Variación 2
Bach sigue fiel al ritmo de chacona. Este tema usa un final diferente al de la primera frase, con la melodía subiendo a un pico más alto e intenso.
Variación 3
La melodía cambia a un registro más bajo, por lo que ahora es la nota más baja o la segunda más baja de cada acorde. Esta melodía se siente arquetípica, como la melodía de chacona más genérica que se le ocurrió a Bach. Los acordes permanecen iguales, pero el ritmo se asienta en un patrón más regular: corchea con puntillo, semicorchea, corchea con puntillo, semicorchea.
Esta variación forma una estructura de llamada y respuesta con la variación 4.
Variación 4
Esta es prácticamente la misma melodía que en la variación 3, pero se mueve a través de una armonía un poco más compleja al final.
Variación 5
La melodía de las dos variaciones anteriores se repite, pero de forma ligeramente diferente y una octava más alta. También hay más homofonía en el contrapunto de dos voces. Hasta este punto, cada nota en la Chacona ha sido de las escalas Re menor natural o Re menor armónica. Sin embargo, justo antes del tercer compás de esta variación, aparece por primera vez la nota Fa sostenido, la tercera mayor en la clave de Re. Es parte de un acorde Re7, el V7 / IV.
El siguiente acorde incluye la primera aparición de Si natural, que implica Re menor melódica. Esta variación forma una estructura de llamada y respuesta con la variación 6.
Variación 6
Esto es casi lo mismo que la variación 5 hasta el último compás, cuando hay otro tono cromático nuevo, Sol#. Es parte de Mi7, el acorde V7 / V. Siendo el compositor inteligente que es, Bach no lo resuelve de inmediato, primero pone un acorde Rem / LA, una especie de extensión contrapuntística de La7sus4.
Variación 7
Hay un ritmo nuevo y más simple, corcheas y semicorcheas normales. La voz superior reproduce patrones escalares y la voz inferior hace un contrapunto mínimo en un patrón i-iv-V simple.
En el segundo tiempo del segundo compás, Bach implica un acorde LA7 (♭9) saltando desde el tercer Do sostenido hasta el Si♭ 9♭. ¡No es así como el mismo Bach describiría lo que está sucediendo aquí! pero eso es cómo suena para mis oídos entrenados en el jazz. Este salto en particular ocurre muchas más veces en la pieza.
Variación 8
Un camino más elaborado melódicamente a través de los cambios de acordes de la variación 7. Al final del tercer compás, hay otro tono nuevo que no hemos escuchado antes, Mi♭, la cuarta suspendida del acorde Si♭. Bach ahora ha usado las doce clases de tonos cromáticos, y solo estamos a un octavo del camino a través de la Chacona. En el segundo y tercer tiempo del segundo compás, hay un motivo en La7 que arpegia un Do#dim7, baja a Sol y luego salta una sexta mayor entera a Mi y vuelve a bajar. Aparece de nuevo al final de la Chacona, y es una pequeña melodía bastante sorprendente. Lo llamo el riff Tragic Baroque Ending.
Variación 9
Una bonita secuencia muy jazz de dominantes que recorre el círculo de quintas. Fíjate en que es un patrón muy elegante de bajada cromática haciendo una llamada y respuesta en los registros alto y bajo. El primer descenso cromático de Si♭ a G# es especialmente dramático.
Bach utiliza aquí un ritmo simple de corchea para no sobrecargar tu cerebro.
Variación 10
Una versión arpegiada más compleja de la variación 9, con semicorcheas en lugar de corcheas.
Al final del tercer compás está el salto de Do sostenido a Si bemol que implica nuevamente La7 (♭9).
Variación 11
Armónicamente similar a la variación 10, pero un poco más simple, con una mezcla de escalas y arpegios. La ejecución de toda la escala menor melódica en Re en el primer compás es otro motivo recurrente que Bach utilizará muchas más veces a lo largo de la Chacona.
Variación 12
La resolución de La7 a Rem se pospone al segundo tiempo del primer compás. La escala de semicorcheas se ejecuta con algunos grandes saltos en los acordes V7 y V7 / iv. En el tercer compás, Bach realiza todo el camino en la escala menor melódica de Sol, en paralelo a la ejecución menor melódica de Re en la variación 11.
Variación 13
Bach introduce una nueva progresión de acordes, la cadencia andaluza, familiar para los fanáticos de Ray Charles igual a los cambios de «Hit The Road, Jack». Esta progresión continuará durante las siguientes ocho variaciones, de forma cada vez más abstracta. Aquí tiene algunos adornos: el Solm antes del Do7, el Fa7 tonificando el Sib y el Miø7 como el predominante de La7.
En cuanto al ritmo, hay ejecuciones de escala de semicorcheas con algunos saltos amplios en cada cambio de acorde, dando paso a arpegios al final.
Continúa en la Segunda Parte
